Mijaíl Yúrevich Lérmontov nació en 1814 en Moscú, hijo de una aristócrata y de un modesto oficial del ejército. Su madre murió cuando él apenas tenía tres años y se crió con su abuela en el distrito de Tula. Con ella viajó con frecuencia al Cáucaso, una región que siempre le fascinaría y que le valdría el sobrenombre de «el poeta del Cáucaso».
Tuvo tutores franceses y alemanes, que lo iniciaron en las obras de Lamartine, Goethe y Schiller. En 1830 ingresó en la Universidad de Moscú, que abandonó pronto, y poco después en la Academia Militar. Empezó entonces a dedicarse a la poesía. A raíz de la muerte de Pushkin en un duelo en 1837, escribió un poema, Muerte de un poeta, en el que de algún modo señalaba a la corte del zar («los verdugos que asesinan la libertad, la gloria y el genio») como responsable de ese trágico final. Nicolás I ordenó su traslado como oficial de dragones al Cáucaso a combatir tribus salvajes, pero este castigo no hizo más que devolverlo a esa tierra que tanto había amado en la infancia.
En 1838 y 1839 visitó San Petersburgo, donde fue recibido como una celebridad. En 1840 escribió su gran obra en prosa Un héroe de nuestro tiempo. Un duelo con el hijo del embajador de Francia fue la causa de que lo mandaran de nuevo al Cáucaso, donde combatió en la batalla del río Valerik (a la que luego dedicaría un poema). Allí, en la ciudad de Pyatigorsk, sería retado a duelo por un compañero de armas, el oficial Nikolái Martinov, que se había sentido insultado por una broma suya. El duelo se celebró el 27 de julio de 1841 y Lérmontov cayó muerto al primer disparo. Tenía veintisiete años.