Adriana González Márquez nació en Aguascalientes. A los cinco años le rogó a su madre que le leyera una novela de suspenso noir, nada apropiada para su edad. Escribió su primer cuento a los doce años, pero le pareció tan malo que optó por destruirlo. En la universidad anduvo de carrera en carrera, hasta terminar la licenciatura en enseñanza del inglés. Le fascinan las tormentas eléctricas, odia levantarse temprano y es algo malhablada, pero está intentando mejorar su vocabulario. La Conexión es la segunda parte de la saga Los Dominios del Ónix Negro.