Vanessa Duriès escribió el perturbador relato La atadura a los veinte años, mientras, al igual que Laïka, estudiaba letras. Publicada en 1993, la novela suscitó de inmediato una gran polémica, y la prensa no escatimó elogios. La autora murió en un accidente de coche a los pocos meses de que se editara la obra, tras algunas apariciones en la televisión francesa. La atadura, lejos de ser una simple narración de encuentros sexuales, constituye la indagación introspectiva de una joven hacia el conocimiento de sí misma.